“Es que se querían”, apenas me atreví a defender.
Ya me había amenazado con antelación: “Tú te subes a la burra, cuando te lo diga; te bajas de la burra, cuando te lo vuelva a decir, y mientras tanto de tonterías las precisas”.
“Es que se querían”, apenas me atreví a defender.
Ya me había amenazado con antelación: “Tú te subes a la burra, cuando te lo diga; te bajas de la burra, cuando te lo vuelva a decir, y mientras tanto de tonterías las precisas”.