María Márquez Guerrero, la autora de este artículo, se adhirió a este proyecto «Imagen y Salud». Es profesora del Departamento de Lengua Española, Lingüística y Teoría de la Literatura en la Universidad de Sevilla. Integrante además del grupo “Argumentación y persuasión en Lingüística” (Hum 659), que actualmente desarrolla el proyecto de Excelencia “Perspectivas de género en el lenguaje parlamentario andaluz” concedido por la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía
La mujer deshabitada
En el título de este breve comentario resuenan los ecos de la obra de Alberti El hombre deshabitado, donde autor y protagonista entran en una singular batalla, y de La mujer habitada, de Gioconda Belli. ¿Deshabitado, habitada: de quién, por quién? En ambos casos, hay una referencia directa a la relación entre las diferentes dimensiones del yo, los diversos planos o estratos que nos constituyen, pues nuestra vida interior es un discurso poblado por múltiples voces. Identificarlas, reconocerlas, encontrar la armonía entre ellas es, quizás, el sentido último de muchos de nuestros esfuerzos. Por eso, los conceptos de discurso, voz, eco… tienen íntima relación con el tema del que me propongo hablar, la anorexia nerviosa desde una aproximación discursiva.